sábado, 22 de diciembre de 2007

La Presión y el Buceo




La presión es la fuerza aplicada sobre una superficie determinada desde todas las direcciones. La atmósfera que soportamos en superficie, a nivel del mar, es de 1 Atm (1,033 kg / cm2).

Cuando descendemos 10 m se pasa a soportar una presión de 2 Atm (aumento del 100%), a los 20 m se pasa a una presión de 3 Atm (aumenta un 50% respecto de los 10 m), a los 30 m se pasa a una presión de 4 Atm (aumenta un 33% respecto de los 20 m), y así sucesivamente. Se puede ver que disminuye el porcentaje de aumento respecto del nivel anterior. Al sumergirnos en el agua, la presión aumenta proporcionalmente en una atmósfera cada 10 m que descendemos, en tanto que disminuye a mayor altitud, aunque no en forma proporcional.

Esto se debe a la compresibilidad de los gases. Los cuerpos gaseosos varían su volumen por efecto de la presión: "una masa de gas a temperatura constante, varía de volumen en razón inversa a la presión ejercida sobre ella" (Boyle-Mariotte). Un ejemplo sería sumergir un recipiente lleno de aire y abierto solo por debajo, se observará que el volumen de agua irá entrando a medida que descendemos comprimiendo el aire en el interior, disminuyendo el volumen a la mitad a los 10 m, a un 33% a los 20 m, etc. y saliendo a medida que ascendemos descomprimiendo el aire.

Ahora bien el cuerpo humano es incompresible a excepción de las cavidades que contienen gases que son de 2 tipos: a) las que pueden comprimirse sin complicaciones, como el estómago y los intestinos, y b) las que no pueden comprimirse, como los pulmones, senos paranasales y oídos, a menos que se restablezca el equilibrio entre la presión exterior e interior. Dado que los líquidos pueden absorber gases según la presión que se ejerza, si no variamos la presión y mantenemos la temperatura constante la relación de un líquido y los gases que lo rodean está en equilibrio o se dice que el líquido está saturado. "La cantidad de gas necesaria para saturar un líquido, varia en forma proporcional a la presión ejercida por el gas sobre la superficie del líquido" (Henry).
Esas variaciones no son instantáneas por cuanto podemos encontrar 3 estados en un líquido: saturado o en equilibrio, no saturado o absorbiendo gases, sobre saturado o eliminando gases. Si la presión desciende repentinamente nos encontramos en un estado de sobre saturación que genera una liberación rápida del gas sobrante en forma de burbujas. Ejemplo: destapar bruscamente una gaseosa. Si al contrario se abre muy lentamente pueden disminuirse notoriamente las burbujas.

Cuando descendemos (aumento de presión) nuestros tejidos absorben gases, este proceso no es instantáneo y lleva un tiempo. También depende de las características de los tejidos, observándose que la sangre es el tejido que restablece más rápido el equilibrio en tanto que los tejidos adiposos son los más lentos.

Cuando ascendemos (disminución de presión) se produce el efecto inverso, nuestros tejidos eliminan los gases sobrantes en forma paulatina. Si el ascenso se hace demasiado rápido, los gases liberados formarán gran cantidad de burbujas en la sangre, las cuales pueden producir graves accidentes de descompresión. En tanto que si el ascenso se hace en forma controlada, sobre todo cerca de la superficie donde las variaciones de presión son más grandes, no superando la velocidad de 15 m/minuto, permitiendo a los tejidos restablecer el equilibrio.
Si el grado de saturación es muy elevado como consecuencia de la relación tiempo / profundidad del buceo, además de un lento ascenso, deberán hacerse, cerca de la superficie (donde los diferenciales de presión son más altos), paradas de descompresión para dar tiempo a la eliminación de gases sin la formación de burbujas.
Allan Alvins.- Buzo CMAS